"Los perros de Pavlov" en el amor

 Sí, queridos lectores. El nombre de este Blog es "Mentira y Seducción" y no es en vano. En algún momento era de esperar que saliera uno de los dos temas marcados en el título....


Rápida y someramente, como dijo aquel, hagamos un resumen sobre la principal conclusión del experimento de "los perros de Pavlov":

  • Se puede llegar a asociar un estímulo con una reacción normalmente suscitada por algo que poco o nada tiene que ver con la reacción en sí. 

Bien. Sin más preámbulos, ¿Cómo se aplica esto al amor?¿Siquiera es posible?

La respuesta más irónica podría ser la contra-pregunta típica: "Si tuvieras pareja, ¿Cuál sería tu reacción al notar que te llaman al móvil?".

Puesto que este blog no pretende ni mucho menos burlarse del respetable lector, partiremos del punto clásico, es decir, el del enamoramiento.

Durante el enamoramiento la atención está casi exclusivamente acaparada o retenida por la persona que causa ese enamoramiento. Esto causa multitud de comportamientos que no nos detendremos a analizar, por muy interesante que pudiera resultar, excepto uno que, de hecho puede derivar en un trastorno cada vez más común: síndrome de la vibración fantasma.

En cuanto notamos esa adictiva sensación (recordemos, bajo el punto de vista de un enamorado/a), nos abalanzamos sobre nuestros dispositivos móviles a ver qué es lo que ha querido comunicarnos esa persona, con el correspondiente riesgo de que lo que cause la notificación sea un videojuego, un amigo/a aburrido, etc.

¿Cómo puede ser que se haya llegado a este punto tan rápido? Y más importante aún: ¿Qué tiene todo esto que ver con el experimento del que hablábamos al inicio de esta entrada?

Pues bien, contestando en orden, la velocidad a la que funciona el mundo, cada vez mayor, así como la presencia, también creciente, de esta clase de aparatos hace que su utilización sea imprescindible en cualquier proceso comunicativo.

En cualquier caso, resulta un paralelismo que un estímulo tan simple como una vibración en nuestro bolsillo o nuestra propia mano sea capaz de dispararnos el pulso, de hacernos olvidar cualquier otro pensamiento. Una simple vibración....

Creo que si alguien quisiera probar hoy en día que el experimento que da título a esta entrada funciona no tendría más que enviarle un mensaje o llamar a esa persona que la lleve en el corazón, por poco científico que suene.

Condicionamiento clásico: definición y experimentos
Explicación gráfica del experimento de "los perros de Pavlov"



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